SPOIL SYSTEM vs. MERIT SYSTEM
O lo que es lo mismo, PARTITOCRACIA frente a METRITOCRACIA. La partitocracia (Spoil system) es una práctica habitual, por lo tanto con rango de costumbre, por la cual los partidos políticos cuando ganan unas elecciones o no, pero alcanzan el gobierno y por tanto el poder, reparten entre sus financiadores, amigos y amiguetes, familias, miembros del partido, simpatizantes y demás pandilleros, cargos institucionales y de gobierno. La meritocracia (Merit system) es una práctica muy poco habitual, por lo tanto sin rango de costumbre, por la cual los partidos políticos con responsabilidades de gobierno nombran y asignan las tareas de la gobernación de forma objetiva.
Para ello contratan a individuos en base a sus méritos, inteligencia, experiencia probada, educación recibida y moralidad contrastada. En definitiva, gente competente. Dicho esto, ustedes mismos decidirán que grupo de los dos aporta de una forma abrumadoramente mayoritaria más individuos a la formación de nuestros gobiernos (nacional, autonómicos, provinciales y locales). Algo me dice que esta vez estamos todos de acuerdo. Gana por goleada el primero. Ya que por una vez estamos de acuerdo, les voy a comentar el principal motivo que explica, en mi modesta opinión, por qué nuestro país se encuentra inmerso en una crisis general o global, y no solo económica sino además política, social y de valores, comparativamente o relativamente más grave que la que sufren el resto de países de nuestro entorno más cercano. No voy a cargar tintas en la corrupción de algunos (demasiados, pero no todos) de nuestros políticos con responsabilidades de gobierno. Esto es un hecho moral grave y reprobable que afecta y mucho a los sentimientos de los ciudadanos. Es como un torpedo en la línea de flotación de la democracia. Pero desde un punto de vista económico-cuantitativo agregado, tiene una importancia menor. Los dos hechos que han hecho que la crisis en España tenga importantes y graves diferencias respecto a otros países han sido LA INCOMPETENCIA y EL SERVILISMO PARTIDISTA de la práctica totalidad de nuestros gobernantes, de manera muy especial en las dos últimas legislaturas socialistas (antes también, pero menos). Estas dos características han sido comunes a todos los responsables de gobierno (decir todos implica un margen de error mínimo). No obstante, y de un modo muy especial por la gravedad de sus decisiones, quisiera destacar a dos altos cargos, el Presidente del gobierno y el inefable MAFO, Gobernador del Banco de España, que ha dejado el sistema financiero en general y el sistema bancario en particular hecho unos auténticos zorros. Cuando el Presidente de gobierno dijo en EUA que teníamos uno de los mejores sistemas bancarios del mundo, aunque les parezca sorprendente hagan un esfuerzo y por favor créanme, estaba en lo cierto. Algo poco habitual en él, pero en esta ocasión decía la verdad. Y cuando nos las veíamos tan felices con esta privilegiada situación bancaria apareció MAFO y él solito ha puesto nuestro envidiado sistema bancario en el vagón de cola del mismísimo mundo. INCOMPETENCIA y SERVILISMO. Del Presidente del gobierno prefiero no hacer ningún comentario porque ya se ha hablado demasiado del personaje. Al resto de responsables de gobierno, de ministros hacia abajo, tampoco los voy a mencionar por dos razones, una por caridad cristiana y otra por falta de espacio físico en esta publicación que el editor me concede. Son demasiados y ocuparían demasiado espacio, aunque ustedes, amables lectores, se que no necesitan mayor detalle, les conocen sobradamente. Fíjense hasta que punto la incompetencia es manifiesta, que tras ocho años de gobierno, disponiendo de los medios de comunicación públicos nacionales a su antojo y controlando una clara mayoría de los medios privados y sin tomar una sola decisión política y de gobierno, que no fuera pensando en las siguientes elecciones, han alcanzado los peores resultados electorales de su historia. Como muestra no está mal. El sesgo partidista del gobierno ha sido clamoroso, pero la INCOMPETENCIA les ha superado con mucho. Así que por favor, señores políticos, ya basta de tomarse las victorias políticas como las victorias militares de allende el siglo XIX. Ofrecer la ciudad a la soldadesca, expoliar, saquear y repartirse el botín, mujeres incluidas, entre los vencedores (de ahí viene la palabra inglesa “spoil” expolio, botín). Ya está bien, los tiempos han cambiado y muchos de ustedes a los que tanto les agrada presumir de “progres”, todavía parecen estar instalados en la prehistoria política. Además de la motivación antes expuesta para no hablar de corrupción, ha llegado el momento de rematarla con otro argumento. No conozco un solo político competente que sea corrupto o golfo políticamente hablando. Corrupción e incompetencia forman un todo indivisible. “A contrario sensu”, tampoco conozco ningún político incompetente que sea honrado. Empleo la palabra honrado porque la palabra honestidad, que tanto se usa, la encuentro más bien relacionada con asuntos referidos a cuestiones que tienen mucho que ver con lo que ocurre con lo que tenemos por debajo de la cintura. Para terminar, decirles que soy un firme defensor del principio de HANLON “nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la incompetencia (la estupidez)”. Como muestra paradigmática les diré que en España contamos con un conocido político, cuya imagen me recuerda a la etiqueta de la botella de un prestigioso anisado, al que este principio le viene al pelo. Y nunca mejor dicho. Conclusión, más meritocracia y menos partitocracia.
Roberto Ferrada, economista