SHADOW BANKING SYSTEM (SBS)
He decidido comentar este tema en esta edición por tres motivos que todos tres me parecen sumamente convincentes. En primer lugar porque se trata de un asunto no solo importante sino importantísimo y de primerísimo orden. Estuvieron en el epicentro de la última gran crisis 2007/2008 con capacidad más que sufriente para crear riesgos sistémicos. De hecho los crearon y siguen teniendo capacidad potencial para volverlos a crear si no se toman las medidas de control y vigilancia necesarias por parte de los responsables económicos y políticos en general. En segundo lugar porque en nuestro país y fuera de ámbitos profesionales muy concretos es nada o muy poco conocido. Por último porque es de la máxima actualidad. Es absolutamente imposible entender con un mínimo de inteligencia lo que está pasando en la economía mundial si no se entiende, aunque no sea con una profundidad profesional, con claridad lo que este término significa. Permítanme unas pequeñas aclaraciones antes de entrar de lleno en el asunto. INTERMEDIARIOS FINANCIEROS. Se trata de instituciones financieras que están situadas entre los usuarios finales de los productos financieros. Los intermediarios financieros recogen el ahorro de los agentes económicos con excedente y lo hacen llegar a aquellos otros agentes económicos con carencia o déficit, es decir, son los responsables de poner en contacto a los oferentes y demandantes de fondos prestables. A.- INTERMEDIARIOS FINANCIEROS BANCARIOS–IFB. Mayoritariamente formado por los bancos comerciales o bancos sin adjetivos, que están integrados dentro de los sistemas bancarios nacionales y tutelados por los respectivos Bancos Centrales, que actúan como garantes de los depósitos de sus clientes (depósitos bancarios tradicionales) por lo que se reservan el derecho de controlar sus posiciones de riesgo. Sus pasivos (los depósitos de sus clientes) son dinero (ya que se pueden movilizar mediante cheques o instrumentos similares). B.- INTERMEDIARIOS FINANCIEROS NO BANCARIOS–IFNB. Se trata de intermediarios fi nancieros que no forman parte del sistema bancario ni están sometidos al control de los bancos centrales, por lo tanto sus depósitos no son dinero y no están garantizados por los respectivos bancos centrales nacionales. Desde el punto de vista legal no tienen nada que ver con los depósitos bancarios tradicionales. Los Agentes que se engloban como “Shadow Banking” son todos aquellos agentes con capacidad para conceder/originar e intermediar en operaciones de financiación sin ser Bancos o Entidades Financieras al uso. En definitiva, estamos hablando de fondos monetarios de inversión y otros fondos de inversión, ETFs (Exchange-Traded Funds o Fondos cotizados), hedge funds, SPVs (Special Purpose Vehicles) y similares. Incluir, como se hace a día de hoy, al grupo de SBS en el grupo de IFNB es un error, como también lo sería incluirlos en el grupo de los IFB. Requieren un grupo aparte para un mejor tratamiento. Dicho esto entremos de lleno en Shadow Banking System– SBS (sistema bancario en la sombra), banca paralela o banca alternativa. El término “banco en la sombra” fue acuñado por el economista Paul mcCulley en un discurso que dio en 2007. El Sistema Bancario en la Sombra es comúnmente definido como un sistema de intermediación de crédito que involucra a entidades financieras y lleva a cabo sus actividades fuera del sistema bancario regular por lo que sus depositantes carecen de la red protectora de los bancos centrales. Quisiera hacer una salvedad a esta definición. Se trata de aclarar que algunas empresas de intermediación financiera que están fuera del sistema bancario no se pueden considerar como bancos en la sombra (las compañías de leasing, factoring, aseguradoras, ciertas compañías de inversión, etc. Por el contrario otras entidades financieras no bancarias, pero dependientes de bancos son auténticos bancos en la sombra, las más significadas son los Vehículos de Inversión Estructurados (Structured investment vehicle SIV). Los bancos en la sombra no están regulados como los bancos convencionales, aunque sus operaciones son como las de esos bancos, ya que captan fondos financieramente similares a los depósitos, aunque legalmente distintos, y prestan a largo plazo los fondos (depósitos) captados a corto plazo (práctica conocida como descalce de plazos o de vencimientos--maturity mismatch / o transformación de la liquidez--liquidity mismatch, también llamada descalce de liquidez, reciben pasivos muy líquidos a porto plazo y adquieren activos poco líquidos a largo plazo). El FMI reconoce que la banca en la sombra representa riesgos sistémicos muy altos para el sistema financiero global dado que este sistema depende en gran medida de la financiación a corto plazo. Asumen el riesgo de que el prestatario (deudor) no sea capaz de pagar; es decir asumen los riesgos de morosidad al usar para ello dinero prestado, directa o indirectamente, que destinan a comprar otros activos además de los préstamos propiamente dichos. El término “sistema bancario en la sombra” abarca una amplia variedad de instituciones que se dedican a la intermediación del crédito y la transformación de vencimientos fuera del sistema de depósitos asegurados, normalmente por los bancos centrales de cada país y/o sus respectivos gobiernos. Estas instituciones financieras que actúan como bancos no son supervisadas como bancos. Según reza el dicho popular, si parece un pato, nada como un pato y grazna como un pato, entonces es un pato. Pero, ¿y qué hay de una institución que parece un banco y actúa como un banco? A menudo no es un banco, sino un banco en la sombra. En definitiva, hacen banca sin ser bancos. O sea son bancos “de facto” pero no “de iure”. La banca en la sombra, en realidad, simboliza una de las muchas deficiencias del sistema financiero que desembocaron en la crisis mundial. El sistema bancario en la sombra ha escapado a la regulación sobre todo porque no aceptó los depósitos bancarios tradicionales. Como resultado, muchas de las instituciones y los instrumentos eran capaces de emplear los riesgos de mercado tanto de crédito como de liquidez, sin contar requisitos de capital congruentes con esos riesgos. En definitiva, sus depósitos no están garantizados por los bancos centrales. Para que se tenga una idea de su magnitud hay que decir que según un reciente informe de la Fed de Nueva York, sigue siendo más grande que el sistema bancario tradicional. El sistema bancario en la sombra maneja más de 70 billones de dólares en activos según datos de Bloomberg y plantea enormes riesgos a la estabilidad financiera global. Algo así como 70 veces el PIB español y muy cerca de los 72 billones del PIB mundial y el 117% del PIB de las economías avanzadas. En España las últimas estimaciones nos hablan de que el mercado potencial de la financiación alternativa alcanza los 160.000 millones de euros y creciendo. El SBS, como no podía ser de otra forma, tiene sus ventajas e inconvenientes. Entre las primeras podemos citar que conforman una oferta alternativa al sistema bancario tradicional y en muchos países han sido una importante solución a la sequía crediticia de sus respectivos sistemas bancarios. Son menos generalistas que la banca tradicional, por lo que pueden prestar recursos para inversiones muy específicas a la medida del cliente. Al no estar sometidos a la supervisión y vigilancia de los bancos centrales, pueden suavizar las restricciones crediticias impuestas por las políticas económicas de los gobiernos. También podrían ser útiles al sistema financiero oficial ya que en el caso de una crisis financiera aguda haría que los problemas derivados no recayesen en su totalidad sobre el sistema bancario tradicional con los bancos centrales al frente. Los riesgos estarían más repartidos. En cuanto a los segundos, son muchos los autores que claman por un marco regulatorio fuerte que en estos momentos no existe. El G-20 en su reunión de 2010 en Seoul decidió encargar al FSB (Financial Stability Board) desarrollar, en colaboraron con otras entidades reguladoras, recomendaciones para reforzar la regulación y vigilancia del SBS. En mi opinión el SBS únicamente debería contar con una regulación mínima de funcionamiento porque de lo contrario perdería su esencia y las ventajas expuestas en el párrafo anterior. Debe estar vigilado, supervisado y controlado, pero con una regulación mínima. Lo que sí se necesita con imperiosa urgencia es que esté perfectamente definido para conocer con exactitud que IFNB son bancos en la sombra y cuales de estos son simples intermediarios financieros fuera del sistema bancario y sin actuar como bancos. De esta manera se conocerían sus operaciones y su cuantía en tiempo real y no como en la actualidad que funcionamos en base a estimaciones atemporales. Es cierto también que puede transmitirle a la banca problemas financieros vía contagio, ya que mantiene estrechos contactos con la misma en ambos sentidos. Recibe importantes préstamos de la banca oficial-tradicional y en otras ocasiones se los concede. Los estudiosos de este tema han concluido la existencia de sobreapalancamiento financiero como consecuencia de la existencia del SBS, es decir usar las mismas garantías para dos créditos diferentes, en los IFB y en los IFNB, precisamente por la falta de supervisión del SBS por lo que pueden ayudar a la formación de una acumulación excesiva de deuda en el sector financiero carente de garantías suficientes. En mi opinión esto es totalmente cierto, grave e importante. Resumiendo, se trata de un importantísimo y controvertido asunto a escala global. El FMI se muestra muy agresivo en contra del SBS. Otros organismos financieros y monetarios internacionales no lo están tanto. En estos momentos la pelota esta en el tejado del FSB, organismo derivado del G-20. Mi opinión, y para terminar, es que sin ningún género de dudas, los bancos en la sombra son una realidad incuestionable e inamovible, consecuencia de la evolución constante del sistema financiero y del exceso de liquidez global. Deberían formar un tercer grupo independiente de intermediarios financieros, los “INTERMEDIARIOS FINANCIEROS BANCARIOS ALTERNATIVOS” – IFBA, de este modo o de forma similar propondría denominarles, puesto que actúan como bancos sin serlo y no lo hacen ni en la sombra ni con nocturnidad, sino a plena luz del día y a la vista de todo el mundo. No cabe duda que ayudaron a provocar la última crisis financiera, pero con una mejor supervisión, control y vigilancia por parte de quien tenga o se le conceda y atribuya autoridad para ello, podrían ser determinantes para evitar otra crisis de este calibre porque manejarían de forma controlada el exceso de liquidez global generado por el sistema de banca de reserva fraccionaria y que con los instrumentos y normativas financieras disponibles al día de hoy, no tiene marcha atrás. Aceptémoslo.
Roberto Ferrada
Economista