Davide Ortu trabaja incansable en un estudio compartido con dos pintores en el céntrico barrio de la plaza de la Luna en Madrid. Italiano de porte elegante y flaqueza extrema plasma al igual que el Greco de manera inconsciente su estética exigente en una pintura cargada de simbología alusión a los mitos clásicos y una belleza renacentista que pareciera sacada de un túnel del tiempo. Su obra profunda y ligeramente oscura, pasa por un periodo de evolución donde la técnica meticulosa y estudiada convive con la fuerza de la simbología, muchas veces oculta tras la belleza del cuadro, por momentos una joya, un diseño que esconde una historia, sus trabajos son en sí una adivinanza. El espectador ha de desenredar la incógnita que Davide nos propone y descubrir el mensaje o el mito que emana de los trazos y colores de este pintor excepcional y sorprendentemente joven. Davide Ortu trae al presente un arte olvidado, el de la exigencia, la belleza y la técnica impecable. Busca en sus pinturas una lejanía con su trabajo de ilustrador, otra faceta que desarrolla de manera continuada y profesional con varias editoriales. Sus obras pueden ser contempladas actualmente en La Neomudejar de atocha. Para primeros del año que viene expondrá en el mismo centro de vanguardias un monográfi co de gran formato de sus obras, conviviendo con la decadencia del espacio y que sin duda será una revelación para el actual espectro del arte en Madrid.