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| Álvaro de Marichalar |
EXTRACTO DEL CUADERNO DE BITÁCORA DE ÁLVARO DE MARICHALAR PUBLICADO EL 18 DE FEBRERO DE 2014
Panamá, 18 de febrero de 2014
Estos días siento una tristeza y angustia parecidas al sentimiento vivido el día que perdí a mi padre. Katya y yo hemos decidido separarnos para poder seguir un camino que no podemos continuar ahora juntos. Nos queremos demasiado para sufrir la falta de armonía que nos imponen las circunstancias. Ella necesita vivir en un ambiente de paz que yo no puedo dar en este momento. Ni a ella ni a nadie; ya que sufro lo indecible intentando protegerme de mil problemas que afectan mi vida en general y mi relación con mi querida Katya en particular, quien me aconseja abandonar unos compromisos y obligaciones que no puede entender ni compartir; ni (en mi opinión) debe asumir ella en modo alguno. Nos quedan todos y cada uno de los irrepetibles días de los cinco años que hemos permanecido juntos; felices y unidos en un Amor que permanece y seguirá vivo siempre. Se que he tenido la enorme suerte y dicha de compartir un trozo de vida con una de las más maravillosas personas que he conocido nunca. Ahora sigo adelante en mi navegación rumbo a Colombia; Venezuela y si Dios quiere hasta Puerto Rico... Sé que navegaré en una soledad todavía más evidente, pero teniendo presente el continuo recuerdo de mi valiente marinera cuando navegamos juntos en diciembre desde Florida a Cuba; en la singladura más bonita que he vivido nunca. En las próximas semanas en la mar, podré confundir el horizonte azul con su mirada clara y dulce que velará por mi mientras me hace sonreír y llorar.
