DEJAR DE FUMAR
ES FÁCIL SI CUENTAS CON AYUDA
Clínica Planas ha creado un tratamiento antitabaco a la medida de cada fumador con una tasa de éxito del 90%. Cuando se cumplen dos años de la entrada en vigor de la Ley Antitabaco, en España han dejado de fumar más de un millón de fumadores.
Sin embargo, todavía queda mucha gente que lucha por dejar este mal hábito y no encuentra en la fuerza de voluntad aliado alguno. Por este motivo, dejar de fumar es uno de los propósitos más frecuentes para el año nuevo. Aunque es por todos sabido que el tabaco perjudica seriamente la salud, no es fácil dejarlo y, a menudo, el deseo de olvidarse para siempre de los cigarrillos se queda en un propósito. Sin embargo, con la ayuda de un médico especialista, las posibilidades de vencer el tabaquismo se multiplican. El tratamiento Antitabaco de la Clínica Planas, altamente efectivo y con solo un 10% de abandonos, ofrece una atención personalizada a medida de las necesidades de cada paciente. Cada fumador es diferente y, por lo tanto, necesitará su particular seguimiento. Para conocer con exactitud el punto de partida de cada persona, en una primera visita se elabora un completo historial clínico del paciente realizado por el Dr. Josep Morera, responsable de la Unidad de Neumología de Clínica Planas. La edad, el sexo, los antecedentes, el estado general, su entorno y la motivación, son datos básicos a tener en cuenta para que el tratamiento sea un éxito. En la mayoría de casos, además, serán necesarias algunas pruebas médicas para disponer de toda la información necesaria sobre el factor de transferencia del monóxido de carbono. Es el caso de la espirometría, para saber en qué condiciones están las vías respiratorias; de la pulsioxiometría y la cooximetría, para calcular la intensidad del tabaco; o del test de Fagerström, para determinar el grado de adicción nicotínica del paciente. El Tratamiento Antitabaco se refuerza con la prescripción de productos sustitutivos del tabaco, como los chicles y los parches de nicotina. También en este supuesto, la prescripción será totalmente personalizada según el historial clínico del paciente y nunca durante más de tres meses. El uso de fármacos químicos –como el bupropión o la vareniclina- se reservará para casos especialmente delicados o urgentes. Las dos primeras semanas después de la primera visita son cruciales para determinar el éxito del tratamiento y poder ajustarlo si es necesario. Será entonces cuando se programe una segunda visita para ver la evolución y brindar al paciente más herramientas de apoyo si se precisaran.
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