jueves, 19 de septiembre de 2013

XOOWMAGAZINE33 P61 #xoowphoto FABIO BORQUEZ






La noche me ha llevado siempre a lugares inesperados, pero nunca pensé que estando en Campos, un tranquilo pueblo de Mallorca donde no hay lugar para los turistas, en mi camino para encontrarme con una cerveza bien fría, me iba a internar en una fiesta popular que me llevó de bar en bar, camuflado entre la gente local. Después de un par de tapas y de cervezas estaba en un pasillo y detrás en la oscuridad vi un gran palomar lleno de esculturas con figuras primitivas, que daban cierto temor al estar iluminadas desde abajo, mientras que las palomas revoloteaban entre ellas, la gente bebía unos cocktails que se mezclaban en un cuartito. En un patio un proyector daba un marco para un tipo con una guitarra vestido de geisha, dos minutos más tarde una mujer vestida de sadomasoquista bailaba desarticulada junto a él, y detrás hacia su aparición una especie de momia con la cabeza cubierta que bailaba al ritmo de un comic japonés. Seguí caminando como en un laberinto, esculturas, paredes de piedra a la luz de las velas, una piscina muy angosta, seguían la velas en candelabros aquí y allá, y todo se iluminaba a medias, sombras alargadas y gente que no conocía miraban un vídeo de una diseñadora, Isabel Vidal, para ese entonces pensé que alguien le había puesto algo a mi cerveza, estaba en un sótano y había palomas que se reflejaban en una pared proyectada. Gente en un baño inmenso estaban mirando libros de arte, otra parte de la casa estaba abarrotada de cuadros, en las paredes en las mesas, en ese momento me dije tengo que hacer fotos aquí. Salí de ahí volviendo sobre mis pasos, el tipo con la guitarra ahora vestía como un drag-queen estrella del rock, la chica vestida de sadomaso había roto toda su indumentaria y parecía cabalgar sobre un toro imaginario, la momia estaba sentada, quizás acalorada y sin aliento estaba sumergida en una gran copa de Gintonic. Seguí mi viaje de bares, las tapas ya se las habían comido y las que quedaban lucían como derretidas por el calor y le quitaban a uno el apetito, así que solo quedó lugar para algunas cervezas más, en uno de esos bares me llamó la atención que una de las camareras tenía una belleza particular, quizás una belleza simple no se porque pensé en la película Pane, amore e Fantasia, aunque esta chica no tenía nada que ver con Gina Lollobrigida, de una u otra manera me pareció que emanaba una luz en el medio del pueblo. Me acerqué y solo le di mi tarjeta, le dije que mirara lo que hacía y si le interesaba que me contactase. La noche se fue y hasta pensé al día siguiente que todo había sido un sueño. La luz del sol mediterráneo de agosto había vuelto a cerrar las ventanas y puertas del pueblo, muy poca gente por las calles ciegas, había vuelto todo a la normalidad. Ese mismo día contacté con la diseñadora Isabel Vidal por mail, tenía ganas de hacer fotos en esa casa y con sus diseños. Me olvido… Un par de días más tarde me escribe la camarera del bar, se llamaba Neus Vidal y estaba interesada en mi trabajo. Cuando me dijeron que la casa laberíntica pertenecía a Miquela Vidal una célebre artista de Campos que había recibido de manos del rey de España los más altos honores, me llegué a preguntar si un gran porcentaje del pueblo llevaba ese nombre, al final terminaron siendo todos parientes y yo terminé haciendo las fotos en esa casa que estaba en ese lugar desde hace más de 600 años.