ALBERTO ESPINOSA
A veces hay etapas en las que no soy capaz de hacer nada nuevo. Por eso creo que hay que dejar un periodo hasta que vuelvas a sentir que tienes algo que contar y te apetece compartirlo, entonces estás listo para volver a coger la cámara. Cuando hice este viaje llevaba mucho tiempo de parón. Para mi fue un momento de inflexión, que me dio alas para seguir ampliando mi obra. Han sido más de 4000 km, muchas horas al volante y miles de anécdotas para el recuerdo, pero quizás lo más importante, es que después de mucho tiempo desmotivado esta experiencia me ha devuelto la ilusión. Un día en una entrevista a un gran poeta, le oí decir, que para poder hacer algo nuevo a veces necesitas que te deje una novia o que se te muera el perro. Y verdaderamente es algo tan triste como cierto. Todo lo que conlleva crear necesita de una sensibilidad especial de la que no siempre dispones, y a veces ciertas vivencias te hacen estar especialmente sensible a todo lo que te rodea. Y aunque sea duro, este es el mejor momento para coger la cámara. No puedes mirar a través del visor, como las vacas miran al tren. Necesitas tener algo que contar, sentimientos que transmitir. No puedo saber de antemano si una foto va a ser del agrado de la gente, pero sinceramente es algo que siempre me ha dado igual. Creo que la única forma de transmitir algo es la autenticidad, el no pensar en el que pensarán. Soy consciente de que tengo fotos que no gustan, pero en el momento que las hice tenía un sentimiento que me hizo detenerme y hacer esa foto y no otra, y ahí queda. Hago lo que me sale, me fi jo en lo que me llama y nunca me sacio al ver una foto ya terminada. Nunca he experimentado el sentir que he hecho mi mejor foto, posiblemente por que tampoco sea una meta para mí, lo único que busco es seguir haciendo fotos, por que pienso que lo que me queda por hacer va a ser mucho mejor que lo anterior. El día que deje de ver una evolución en mis fotos, me preocuparé bastante. Por otro lado reconozco, que no tengo disciplina, no solo en cuanto a la fotografía, también en mi día a día. Me cuesta adaptarme a una rutina y muchas veces me tengo que obligar a seguir sacando adelante todo el trabajo que tengo acumulado, de los infi nitos viajes que he ido realizando. A lo mejor por eso busco el minimalismo en mis fotos, por que me transmite un orden y una tranquilidad de la que carezco. Soy una persona bastante desordenada, con una forma de vida que a ojos de otro puede parecer tranquila, pero que a mi me resulta caótica, lleno de dudas y de sinsentidos y preocupado por que nada me preocupa. Pienso que siento demasiado algunas cosas, que la gente no es capaz de ver y creo que esto puede ser un defecto, ya que la sociedad actual no está hecha para la gente sensible, al menos no para la gente que dice las cosas tal y como las siente y que quiere vivir con la verdad sin miedo a sufrir. Necesito vivir todo intensamente, por eso busco cambios continuamente y nuevas ilusiones que me permitan sentir que estoy viviendo y no sobreviviendo, que es lo que siento la mayoría de los días que me voy a dormir sin nada nuevo que contar.
