INFORMACIÓN EN LA NUBE
Seguro que a estas alturas ya habréis escuchado hablar alguna vez de la “nube”. Y no me refiero al hombre del tiempo en la tele o la radio, hablo de personas de vuestro entorno, noticias en los medios, etc. ¿Y tenéis claro que es? Intentaré explicarlo de la forma más clara posible: hoy en día todos necesitamos llevar con nosotros mismos gran cantidad de datos, que si los modificamos, éstos se mantengan actualizados. Comencemos con el nivel más básico: Compartir con uno mismo, es decir yo quiero tener acceso a mis propios documentos cuando estoy en mi oficina, mi domicilio o, incluso, desde la terraza de un bar tomándome un aperitivo. Para ello nuestro ordenador personal “sube” la información a la que deseamos tener acceso desde distintos lugares o dispositivos, a la “nube”. ¿Pero que es la dichosa “nube”? pues es Internet. Se trata de un espacio que hemos contratado o nos han cedido en algún servidor público o privado para que nosotros depositemos allí nuestros datos y podamos visualizarlos desde cualquier lugar con nuestro ordenador, teléfono, iPad, tablet, etc. Un ejemplo: en el ordenador tenemos fotos, contactos y documentos que deseamos tener siempre accesibles.
Los subimos a la nube. Salimos de casa con solo nuestro smartphone y nos encontramos con un amigo a quien deseamos mostrarle las fotos de nuestro fin de semana en Venecia. Resulta que el teléfono ya lo tenemos sincronizado con nuestra “nube particular” y las fotos YA están en nuestro aparato. Es más, si hago una foto con el móvil, ésta subirá solita a la nube para que la tengamos en el ordenador de casa. En realidad la información está en la nube y en todos los dispositivos a la vez. Compliquemos un poco el tema. Imaginemos que nuestra empresa desea compartir la información entre los diferentes empleados y/o colaboradores. Pues, o realiza una fuerte inversión en equipos informáticos y los correspondientes emplazamientos, personal, seguridad, etc., o contrata una “nube” de un cierto tamaño para abastecer las necesidades de la empresa. ¿Pero quién crea la nube? Pues empresas especializadas, las primeras fueron Google y Amazon que construyeron su propia estructura necesaria para sus servicios y que después decidieron compartirlo o alquilarlo a terceros. En definitiva se trata de una estructura de muchos servidores que trabajan juntos y comparten la capacidad de almacenamiento y proceso de datos, de tal forma que si uno de ellos se para los otros pueden continuar trabajando sin notarlo los usuarios. De esta forma además de contener datos la “nube” puede servir perfectamente para instalar nuestras aplicaciones más necesarias y pagar solo por el uso, sin necesidad de gastar grandes cantidades de dinero en licencias. Así pues una empresa puede, hoy en día, tener toda su infraestructura en la nube. Obviamente esto nos da grandes beneficios, pero también tiene inconvenientes: Benefi cios: Disponer de nuestra información a nivel mundial. Gran ahorro en la compra y mantenimiento de servidores por parte de la empresa. Rápida implementación. Actualizaciones inmediatas. Colabora con un uso de la energía más sostenible. Inconvenientes: La información está depositada en el soporte físico de un tercero y algunos datos “sensibles” quizá sean susceptibles de hacernos plantear la viabilidad del proyecto. El acceso a nuestra información depende directamente de nuestro acceso a Internet. A pesar de todo parece ser que la nube empuja con mucha fuerza y cada vez más estamos en ella, a veces sin saberlo. ¿Te has planteado si ya tienes información en la nube? Si deseáis más información al respecto podéis visitar mi blog personal:
www.ferranblog.com • Twitter: @ferrandhc