ENRIQUE SAN FRANCISCO
A lo largo de mi vida, he coincidido con Enrique en varias ocasiones. Desde en alguna discoteca de Malasaña en la época de la movida, hasta en el rodaje de alguna película donde yo había ido a visitar a algún amigo. Él no se acordará de esas situaciones, yo no era más que un conocido de algún amigo, pero evidentemente yo sí que me acuerdo. Con su inconfundible voz, mirada picarona y aire campechano y descarado, ya destacaba en obras de teatro, cine y televisión y era muy conocido. Jorge Sanz y Enrique, entre otros artistas, están estrenando en “El Matadero” de Madrid la obra “Orquesta Club Virginia”. Ahora mismo estoy en el camerino de Jorge. Acabo de terminar de retratarle y ha ido a buscar a su compañero que está en el camerino contiguo. Mientras les espero me asomo al pasillo para ver el ajetreo de los actores arriba y abajo terminando de prepararse para salir a escena. Solo quedan 25 minutos para la función, así que ya me puedo dar prisa si quiero terminar, recoger y acomodarme para verla. ¡Creo que es muy divertida! Escucho la inconfundible voz de Enrique a través de la delgada pared hablando con Jorge e inmediatamente salen los dos. Los dos traen el mismo atuendo, vienen en camiseta de hombreras. Se me ocurre que cuando termine les voy a hacer una foto juntos en camiseta. -Que pasa gordo? Vamos al lio. -Vamos, sí, que tenemos poco tiempo. Le siento en la misma silla en la que acabo de fotografiar a su compañero y le explico el tipo de retrato que pretendo hacer. Antes Jorge ya me había advertido de que tenerle sentado y quieto más de 10 minutos iba a ser casi imposible. ¡Efectivamente! en cuanto empiezo a hablarle para tenerle algo distraído y yo poder disparar, él empieza a hablar y a moverse en la silla como una lagartija. No consigo que esté pendiente de mí y no consigo concentrarme en buscar una buena expresión. Paro un momento para refl exionar mientras seguimos hablando. Le observo durante un rato y me doy cuenta de que sigue teniendo la “misma” mirada pícara de cuando era un chaval. OK, solo tengo que esperar una breve pausa suya para disparar… no hace falta más que enfocar bien y esperar… ¡ClicK!
PEPE CASTRO
Pertenece entre otras a la Real Academia de Bellas Artes de Toledo y Real Sociedad Fotográfica de Madrid. Es en el retrato donde este fotógrafo autodidacta se desenvuelve con mayor soltura. Apasionado por el blanco y negro, realiza retratos directos y sinceros donde se realza e intensifica la mirada y el gesto de cada una de las personas a las que fotografía. Planos cortos, fondo casi siempre negro, la luz de un flash y poco más es necesario para que este fotógrafo consiga cautivarnos con sus personajes. Lleva varios años fotografiando celebrities de la sociedad española y ahora empieza a colaborar con este magazine en la nueva sección Life & Persons. Aquí dejamos una pequeña muestra de su trabajo.
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